maraton nocturna, octubre 2010

Malena Pizani


maraton: dibujar y pintar sin parar, ejercicio sin ejercicio

yo produje un poco y aproveché.


Mis notas:
1.- Estar muchas personas pintando te lleva a pintar
2.- Sentarte a dibujar por horas es un ejercicio increíble. A medida que pasa el tiempo te vas soltando mucho más.
3.- Dibujar lo que salga, sin programarlo. Es un buen momento para hacerlo.
4.- La energía de los otros laburando se contagia y genera una cápsula que me encantó.
5.- Yo que justo pensaba en la alienación voluntaria, y aunque sigo pensando que es imposible que sea voluntaria porque es un contraconcepto, igual creo que podríamos inventar situaciones de dibujo como ésta y que sea parecido a la alienación positiva. Enajenación para el bien y la felicidad. Lo contrario de lo que diría un psicólogo. Enajenación colectiva brillante.
6.- Me encantó compartir la mesa con mi maestra y que se copara con la tinta china. Te voy a regalar más daisy.
7.- Creo que si estoy diez horas en lugar de las seis que estuve, llegaría a un lugar aún mejor. Me interesa el ejercicio colectivo del dibujo sin dormir. Intentaría al menos tratar de hacerlo 24 horas. ¿Es mucho? Me deshinibe.
8.- Insistir fue lo mejor. Podría haberme ido al patio a charlar. Pero en lo personal lo que más me gustó fue que volví y volví a sentarme cada vez que me levanté.
9.- Descubrí que si pintás con acuarela encima de la tinta china no la tapa y me alegré un montón porque no lo sabía. Eso no lo habría descubierto si no hubiese sido por tener el espacio para probar.
10.- El dibujo me sigue sorprendiendo y creo que es -como la lectura, a mi parecer- algo universalmente necesario y hermoso.

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