Julián Sorter por Aurora Clara Castillo
Julián
es como un detective que crea para sí mismo un misterio.
Un
sombrero con una pluma, un par de zapatos de noble o un vestido antiguo son
algo así como pistas. Al destacar estos objetos se va acercando a un personaje
que de alguna manera está presente en el cuadro, hay algo de arqueológico en
pintar, como si con cada pincelada fuera quitando polvo, dejándonos ver lo que va
encontrando.
A
veces en un paisaje hay rastros de
presencia humana, algo que pasó en algún momento del tiempo y que lo vuelve
para siempre un escenario.
La
historia es mágica porque tiene secretos.
En
qué porción de pasto se para Julián para pintar esa pradera? ¿A través de los
ojos de qué personaje ve esa pradera? ¿Cómo habrá sido el que descubrió esa
catedral después de un largo viaje? ¿A qué hora del día descubrió la inmensidad
contemplando desde lo alto árboles y horizontes?
Hay
un mapa material alrededor de las historias, el jardín secreto no era tal sin
esa puerta tapada por la enredadera.
Si
yo fuera la detective, llego a lo de Julián, miro sobre su mesa y anoto
Mi
lista de pistas:
Unas
pinturas del tamaño de una libretita que mostraban diferentes momentos del sol y
la luna
un
pedacito de cielo
Un
horizonte
Algunos
pomos y potes de acrílico
Dos
tazas, una con un saquito de té
Un
parlante
El
libro ¨Cartas a Theo¨
Un
frasco con pinceles, una lata como lapicero
Y
otra lista de pistas de las que Julián hablaba:
Botas
rusas, zapatos antiguos
Guantes
de dama
Jarrones,
frascos, pócimas
Espadas
Armas
mágicas, amuletos
Julián
recuerda que cuando bajó el Rio de La Plata su abuela lo llevo a ver las puntas
de los barcos hundidos, a veces se pregunta cuántas cosas se habrán caído en el
canal de Venecia, y quién las encontrará un día.
Pienso
en alguien encontrando en una costa los anteojos que se le cayeron al pasajero
de un barco, pienso en la sensación de tesoro, de estar frente a algo chiquito
y maravilloso
Aurora Clara Castillo
Buenos
Aires 29 de julio del 2013
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