CLINICA JOACO BARRERA por BELEN BOERIS


DESDE EL CUORE PARA JOACO.

Estoy ahí y un poco allá también. Yendo y viniendo. La cabeza en la almohada piensa, revoltijo indefinido de sensaciones, suenan las tripas.

Me perturba, me abraza, me agarra de la mano, tibia y suave, me envuelve una oscuridad parpadeante, como el beso de un fantasma, el aire de algo que se rompió y volvió a funcionar por un mecanismo desconocido que encontramos en un rincón amontonado. Desenredado se vuelve a enredar y después desaparece. Un bucle del tiempo sin historia.

El insonmio,la ansiedark, el latido de un órgano que no es más un corazón pero se le parece. Los dientes apretados, mi cara, la tuya, los brazos, las manos se multiplican, me quieren atrapar, hundirme, abrazarme, hacerme llorar.

Un delirio que no deja nunca de hablarme, pero le cuento secretos en mi idioma. Una poesía desesperada porque necesita amor. El deseo de que alguien haga algo. Todavía no se puede, entra mucha luz por la ventana, pero cierro los ojos, las paredes se esfuman, se prenden las luces.

Quizás ahí muchos nos sentimos mejor, no es una pesadilla. Una fiesta donde algo podrido tiene la misma importancia y sentido que una caricia. Una pluma y una lágrima son amigos que bailan, se ríen.

El parque estaba todo inundado y tenía que entrar, era un refugio. Un lugar donde un montón de cosas podían pasar, y cada paso que hacía era todo más indefinido, me escapaba de ahogarme, pero me ahogaba en otra cosa, el misterio de múltiples dimensiones, sueños desconocidos, un remolino de mentes, pedacitos de muchas cosas conectadas para tratar de encontrarle sentido a una dimensión mágica. Un elogio a la ruptura de la realidad.

Demos vuelta todo y declaremos nuestro amor a la oscuridad , a la profundidad de los sueños.

Belén Boeris.






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