Lau Nató por Martina Mordau 



CARNE SOBRE CARNE

Una obra de Laura Nató.

Atravieso una cortina de tiras de plástico transparente e ingreso en una sala bañada

de luz ultravioleta en la que suena una voz masculina que dice “Carne sobre carne”

seguida de la voz de Isabel Sarli que gime, se agita y repite “No, no, no”.

Sobre una de las paredes cuelgan un delantal manchado de pintura y otro

manchado de sangre. Al lado de ellos, un cuchillo.

En medio de la sala hay pinturas que cuelgan de un riel sujetas con ganchos de

carnicería. En las pinturas, de estilo abstracto figurativo, prevalecen diferentes

tonalidades de rojos y rosas que se mezclan con otros colores, chorrean y se elevan

en el relieve de diversas texturas.

Enfundo mis manos en guates de látex y recorro la superficie del lienzo. La

experiencia táctil es extraña, el guante modula la información que en su recorrido

obtienen mis dedos. El látex abrevia el contraste entre lo áspero y lo suave.

En el reverso los lienzos están sellados en color violeta con las inscripciones “100%

Carne Argentina” y “L N”, que pueden leerse en medio de manchas de cera de vela

y cera depilatoria; que le dan al lienzo rigideces y formas que lo acercan a la

escultura.

Muevo hacia un costado una de las pinturas. Me separa de ella la distancia de mi

brazo. Desde ese punto de vista me es imposible abarcar toda la superficie del

lienzo con la mirada. Estoy obligada a ver de cerca, limitada al plano detalle, a

desplazar la vista de una zona a otra siguiendo la trayectoria de las líneas y las

manchas.

La instalación genera un clima de incomodidad y despliega la contradicción: puedo

desplazarme por el espacio, alrededor de los lienzos, pero sólo puedo contemplarlos

desde dos puntos de vista: de un costado y el otro. Puedo tocar las obras pero sólo

a través de la mediación de los guantes. Es un espacio de libertad aparente,

limitada.

“Carne sobre carne” es una obra en la que Lau Nató desarrolla por medio de una

serie de analogías una reflexión sobre el lugar que ocupa la violencia en la identidad

nacional argentina, en los estereotipos socioculturales del ser-mujer y en su propia

historia como mujer argentina.

Martina Mordau



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