juliana turull por julia andreasevich
Romeo
disfrazado de indio y Julieta disfraza de novia charlan desde su
balcón de jarro y su inmenso parque de cocina. No se entiende bien
el diálogo, pero de el clima no están hablando … Huele a leche
quemada, es que se la olvidó mientras que imaginaba a chanchos
gigantes saliendo de una fábrica abandonada masticando lechuga.
Llenando
su taza de café con leche quemada, miró la ventana y ahí esta, por
primera vez cara a cara con neil
armstrong,
el está con un compañero de escuela sacándose una foto arriba de
un árbol. Nadie cree que esos cascos pueden tener turbinas voladoras
y que hay astronautas en cada parte del cielo, eso solo lo sabe
Juliana y un karateca que duerme la siesta entre sus acrílicos.
Suena
el teléfono el pingüino reporta que han visto en mar del plata unos
animales inmensos que son mas grandes que los edificios y que se cree
que es un complot extraterrestre donde Rainbow
Brite maneja
todo desde el gran hotel provincial.
Arma
y desarma
Los
personajes se achican y se agrandan no existe la lógica de una
dimensión espacios- objetual.
Corta
y pega
Nueva
forma de viajar en el tiempo retratando algo que pasó, pero solo
ella vivió.
Piensa
y se traslada
Juliana
nunca esta presente en ninguna foto pero se la puede imaginar riendo.
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